miércoles, 21 de noviembre de 2012



EXPRESIONISMO
 

 Mi visión








INTRODUCCIÓN


Produzco este texto a partir de una premisa propuesta por el equipo docente de Seminario-Taller de las Estéticas II, la cual consiste en desarrollar una reflexión escrita sobre alguno de los movimientos artísticos de vanguardia del siglo XX, entre los que se consideran al Futurismo, el Expresionismo, el Constructivismo, el Dadaísmo y el Surrealismo.

Habiendo decidido trabajar el Expresionismo como manifestación, por el gran interés despertado en mí por este movimiento de los albores del pasado siglo, intentaré exponer mis pensamientos inspirados a partir de la observación de obras de arte clasificadas dentro de la vanguardia, además del conocimiento adquirido en clase y de diversos textos.

Aunque esta corriente artística se hizo presente tanto en las artes plásticas como en el cine, la fotografía, el teatro, la literatura, la música y la danza, enfocaré mi visión en el primer campo mencionado, especialmente en el dibujo, la pintura y el grabado.

Presentaré un concepto personal de Expresionismo, de tal forma que quede comprendida su esencia, aquella por la cual, finalmente, fue dada tal denominación. Abordaré el compromiso del artista expresionista con el acontecer epocal, perteneciendo él mismo a un tiempo de crisis y cambios profundos en la sociedad europea.

Trataré sobre ciertas características estéticas de las imágenes, como lo son la forma y el color, analizándolas, en lo posible, como valores significantes.

Será, también de mi interés, escribir sobre el carácter del pueblo que inició el movimiento, estableciendo alguna relación con su arte pasado, ya que no existe acontecimiento que por algún aspecto no se halle conectado con otros en cuanto tiempo y lugar (aún las reacciones contrarias y las innovaciones absolutas son a partir de su historia). Asimismo, daré una breve mirada sobre la contraposición Impresionismo-Expresionismo, por resultar el nombre del segundo a raíz de esa misma oposición.

Por último, seleccionaré algunas obras, entre pinturas y grabados, para realizar una interpretación de las mismas, con el fin de poder concretar las ideas anteriormente expuestas.

Para dar apoyo a mis ideas, recurriré a citas extraídas de los libros estudiados, pudiendo ser aquéllas tanto de artistas de la vanguardia como de conocedores del tema.

La elaboración de este trabajo me ofrece la posibilidad de profundizar en el tema, ensayando una verdadera comprensión y desarrollando mi poder reflexivo.



DEFINICIÓN


Para generar su obra, el artista emplea algo más que sus cualidades sensoriales, con las que captaría la imagen en su realidad inmediata; utiliza su sensibilidad interna, esa que percibe la expresión del sentimiento, del gesto auténtico que el alma humana produce con su personalidad, con sus afectaciones, expectativas, anhelos y emociones. Se ven los rostros desprovistos de la máscara que necesariamente las personas necesitan para vivir en sociedad y con ellas mismas, para construirse un mundo habitable, vistiendo ese ser para el que, de otra manera, la vida sería sencillamente imposible.

Más no desdeña la indumentaria; sin embargo, ésta no oculta sino que acentúa aún más la situación de destino del individuo, las condiciones con las cuales debe desenvolverse y que lo hacen ser aún más, en su construcción o en su destrucción.

Cualidades mencionadas pueden verse reflejadas en las siguientes frases de Kirchner, quien perteneció al grupo “Die Brücke” (El Puente) cuando, refiriéndose a la pintura, expuso: “(…) La sublimación instintiva de la forma en el acontecimiento sensible es traducida impulsivamente al plano. (…)”1

De tal forma, es improbable que en la obra no se vea reflejada con gran presencia la personalidad de su creador, su visión, preocupaciones y voluntades. Su propio trazo, el manejo del color y la forma, lo denuncian irremediablemente… Podría decirse que cada producto de su arte es, a la vez, un retrato de una parte de él. Como, a su vez, explicaría Kirchner: “(…) La obra de arte nace de la transposición total de la idea personal en el trabajo.”2

Un ejemplo adecuado para brindar apoyo a la idea toda es el siguiente enunciado elaborado por Kasimir Edschmid: “(…) Una prostituta ya no se representa arreglada y maquillada como su oficio requiere: aparece sin perfumes ni colorete, sin bolso ni pierna que se contonee, pero la naturaleza de su carácter deberá resaltar tan viva en la sencillez de la forma que aparezca como saturada de todos los vicios, las pasiones, las bajezas y las tragedias de que están hechos su corazón y su oficio. (…)”3


 COMPROMISO DEL ARTISTA


Este movimiento, aunque diverso en su manifestación, posee un rasgo compartido por sus hacedores: el de exponer al Ser Humano en todos sus aspectos, y en gran medida, exponerlo en su situación social, la sufrida en la contemporaneidad del artista; las luchas, ambiciones, miserias y esperanzas de su propio pueblo denunciadas en esas imágenes estáticas y vibrantes a la vez. El artista no evade la realidad colectiva, sino que se halla comprometido con la misma, y por el medio plástico reacciona por los que no pueden reaccionar, y responde por los que no tienen elementos para hacerlo. ¿Responder a qué? Al desafío de lo Otro, de esa fuerza casi impersonal que dificulta o impide la realización en cualquier sentido y que se ve reflejada en múltiples aconteceres humanos. Sin embargo, tal vez sea necesario esclarecer este punto, ya que, a pesar de sentir las personas esa fuerza adversa como externa, en la esencialidad de nuestra naturaleza gregaria, conforma parte, en realidad, de lo Mismo. El desprecio, el egoísmo, la violencia y la muerte son tan (tristemente) sagrados como el afecto, la generosidad, la paz y la vida. Es algo tan intrínseco del Hombre que la lucha se hace constante. Así, el sufrimiento constituye un ingrediente ineludible del vivir.



FORMA Y COLOR


Se produce, en este movimiento, un fenómeno por demás curioso: el de la “deformación” o modificación de la “forma real” como medio para revelar rasgos ocultos que podrían ser más apropiados que la misma “realidad” para expresar la “verdad”. ¿Cómo es posible que este recurso, una vez aplicado, efectivamente resulte ante la mirada y produzca el impacto esperado, si no respeta las formas con las que cualquier sujeto ha aprendido a identificar y clasificar el mundo que le rodea para poder traducirlo en signos y darse seguridad? Porque, a pesar de lo dicho, esas imágenes denominadas “expresionistas” envían un mensaje a quien las mira que no es ajeno a nuestra manera de recepcionar vivencias; como si, como personas, poseyéramos otro código, tan válido como el mejor conocido y compartido en la tradición milenaria, , que nos permitiera reconocer aspectos más sutiles pero igualmente importantes con las que alguna vez supimos vibrar.

Este mismo cuestionamiento podría plantearse sobre el uso del color. La alteración cromática con respecto al ambiente natural, que puede darse tanto en la presencia de una paleta más alta como en un cambio total de color (por ejemplo: un rostro verde) no dificulta la interpretación de la imagen, sino que aporta aún más datos emotivos y de carácter, además de expresar mayor fuerza en el conjunto.

Para darle mayor propiedad a la idea, es oportuno citar a Emil Nolde, miembro también del grupo “El Puente”, quien dijo: “(…) Los gritos de angustia y de terror de los animales acosaban el oído del pintor, y muy pronto se condensaban en colores, en un amarillo chillón el grito, en sombríos tonos violetas el ulular de los búhos. (…)”4



RELACIONES CAUSALES DE LA VANGUARDIA


Es considerado este movimiento de vanguardia, por sus cualidades expresivas, con una profunda indagación en la naturaleza y en el significado de las cosas, la sombría visión del Ser Humano y la búsqueda de lo espiritual, además de cierto pesimismo sobre la vida exaltando la muerte, como característico del pueblo germánico, y más ampliamente contemplado como propio del temperamento “nórdico”, al momento de su hacer artístico.

Es posible observar que estas mismas cualidades se hallaban presentes en la corriente romántica, de la cual Alemania tuvo un importante protagonismo; la exaltación del espíritu, de los sentimientos, del individuo  como ser vulnerable, importante en la situación más insignificante, su relación con la naturaleza, la tragedia humana, el nacionalismo, son rasgos propios del Romanticismo, que luego fueron un móvil para la creación llamada expresionista, aunque con abismales diferencias plásticas, como Wolf-Dieter Dube  escribió: “(…) en dicho movimiento la expresión determinaría la forma, la cual, además, se libraría por fin de la obligación de aparecer bajo el disfraz de una ninfa, un héroe o una alegoría.”5

Es importante destacar que, como arte movilizador y de ruptura, esta corriente se extendió y desarrolló en países como Austria y Francia (incluso era ya una presencia en Noruega y Bélgica en personalidades como Edvard Munch y James Ensor), evolucionando en el arte abstracto, con Kandinsky como iniciador, gracias a su planismo, líneas definidas y colores plenos.

Por sus características estéticas, tan diferentes a las del Impresionismo, e incluso opuestas en recursos visuales, se le dio, a las pinturas creadas por esta joven generación de artistas, el nombre de expresionistas (aunque, en un comienzo, en esta nueva clasificación se consideraban, asimismo, obras cubistas y fauvistas). Dado que es mencionada esta correspondencia de oposición tan frecuentemente en los textos varios que tratan el tema, resultaría interesante observarla como fenómeno, ya que ambos movimientos artísticos, además de pertenecer a momentos históricos diferentes, no coinciden geográficamente ni en su origen ni en su más importante desarrollo, considerándose al Impresionismo desde Francia y al Expresionismo desde Alemania.
  
“(…) Las obras de los impresionistas franceses no fueron realmente conocidas en Alemania hasta la celebración, a principios del nuevo siglo, de las grandes exposiciones impresionistas en Berlín, Dresde y Munich. Ese hallazgo tardío fue simultáneo a la llegada a Alemania de los productos de la reacción francesa contra el Impresionismo puro; es decir, las exposiciones de Seurat, Van Gogh, Gauguin, Cézanne y Toulouse-Lautrec. El Postimpresionismo tuvo una influencia mucho mayor en los artistas alemanes jóvenes, quienes incorporaron ávidamente sus teorías y percepciones.”6

Como explica este fragmento, fueron los mencionados artistas quienes, por su tan particular e innovadora manifestación pictórica, causaron gran impacto y sirvieron de inspiración a quienes desarrollarían el arte expresionista, los cuales respondían a una profunda necesidad de trabajar su arte de una forma diferente a la convencional, esta última con sus pautas tradicionales y aceptada como oficial.

La crisis por la que Europa, en varios aspectos, estaba atravesando, inevitablemente se veía reflejada en su arte, con profundos cambios en cuanto a plástica, motivo expositivo y búsqueda de sentido. Así, el Impresionismo respondió a las necesidades sensibles de su momento, surgiendo como un milagro pictórico por su descubrimiento de representación mediante manchas que atrapaban la atmósfera, los efectos de la luz y la percepción sensitiva de la naturaleza. Proporcionaba el placer de mirar, de regocijarse en la belleza, sin inquietudes, sin preocupaciones. De tal manera, esta corriente estética fue considerada propia de la burguesía, por encontrarse esta clase social en pleno auge.

Pero a fines del siglo XIX y comienzos del XX, el surgimiento de una nueva conciencia hizo que cambiaran las necesidades expresivas, y por tal razón, la reacción principalmente francesa contra el Impresionismo sirvió de base para la transformación artística alemana, no sólo en cuanto a medios plásticos sino también ideológicos.

  
INTERPRETACIÓN DE OBRAS


Imagen nº 1: “Niño y Gran Ave” - Emil Nolde - 1912

Esta pintura, de paleta preferentemente baja, con presencia de grandes manchas oscuras que definen formas, está dotada de una fuerza impactante. El ave posee toda la sobrecogedora expresión de su naturaleza cazadora, de la implacable criatura aérea cuya sombra cubre para siempre a su presa. Porque ella misma es la sombra. Su atrapante negrura se halla en contraposición con cierta luz que emerge de un cielo turbulento, impredecible. En su amenazante aspecto, la esperanza de ese cielo se halla precisamente detrás del ave, la cual, en consecuencia, se interpone entre el espectador y su evasión de la tensa y oscura instancia.

En oposición absoluta por su significante, el niño, ocupando la mitad izquierda de la obra, está de perfil contemplando el ave, que a su vez, no parece conciente de compartir el mismo espacio del primero. Expectante y sin temor en su inocencia, el niño parece poseer la determinación del fuego (los colores así lo expresan, especialmente su cabello como llamaradas). Es como si, desde su propia y diferente posición, fuera tan poderoso como la otra criatura. Su naturaleza infantil le permite no comprometerse en la imposición del miedo que da la tradición. Sin embargo, no es del todo libre, ya que está vestido como la tierra, como si se encontrara atrapado en esa situación, más sus pies calzan una voluntad (de un amarillo vibrante que resalta en el fondo muy oscuro del suelo) que no ha podido ser destruida.

  
Imagen nº 2: “Mujer Campesina con Niño a la Mesa - Ernst Ludwing Kirchner - 1917

Esta xilografía presenta una instancia serena e íntima familiar, marcada por las profundas huellas dejadas por la vida, por el peso de una Historia que definió lugares y roles. La mujer, en un primer plano, deja vislumbrar toda una vida de trabajo, desde su humilde posición femenina, con la serenidad y resignación de alguien que nunca negó, que cumplió con sus obligaciones, que sostuvo difíciles situaciones en silencio. Su rostro revela cansancio, con pronunciadas marcas en la piel. Su mirada meditativa parece perdida en los paisajes de su memoria.

El niño, acompañado por la presencia protectora de la mujer, tiene un extraño aspecto de marioneta, una rigidez expresada por el brazo, que parece apoyado en la ventana, y sus manos, demostrando una capacidad de articulación que podría expresar una mayor inquietud y movilidad, propias de un niño, compartiendo, sin embargo, la tranquilidad de ese apacible momento. La mirada del pequeño es atenta y curiosa, lista para extasiarse con experiencias visuales nuevas.

La mesa transmite reunión, bienestar y estabilidad, así como el paisaje visto desde la ventana, paz y recreación.

Es interesante observar cómo se dispone la tinta entre los personajes, presentando la mujer una claridad mayor en rostro y cuello, con líneas flexibles y finas, aunque con un oscuro atuendo que denota gravedad, mientras que en el niño, la tinta se concentra en líneas gruesas y definidas, tanto como en importantes espacios de la cabeza, como ser los ojos, las cejas, el cabello y el sombrero.

La técnica del grabado en madera, con sus cualidades particulares, aporta mayor expresión en algunos espacios, como en el rostro de la mujer, la mesa e incluso el cielo, al haber sido calada la tabla dejando al alcance de la tinta ciertos fragmentos descuidados y “pelos” de la madera, sumando un ingrediente más al concienzudo trabajo del artista.


Imagen nº 3: “Nollendorfplatz” - Ernst Ludwing Kirchner - 1912

Paisaje citadino vibrante de ajetreado movimiento que se adivina en las personas caminando en todas direcciones y en los tranvías que recorren las calles. Casi es posible escuchar los sonidos producidos por ese ambiente, rebosante de vida y actividad.

La extraña perspectiva no altera la sensación de plano; las líneas casi todas curvas, de trazo rápido y seguro, colaboran con el efecto de dinamismo.

Es posible sentir el crecimiento de la ciudad, como si esa energía no fuera a quedarse allí, sino a expandirse y aumentar su complejidad. Al mismo tiempo, la gran presencia del color ocre en la mayoría de los elementos de la imagen podría estar reflejando cierta monotonía que da la rutina.

Se percibe esperanza, seguridad y confianza en el progreso (las líneas negras y gruesas ayudan a esta visión), un “dar por hecho” de las cosas tal como funcionan, fenómeno típico de la vida en una ciudad.


CONCLUSIÓN


La construcción de este escrito ha resultado, para mí, un desafío de interpretación y de ejercicio conceptual. Trabajar con esta vanguardia me exigió una cuidadosa elección de palabras, para que éstas pudieran transmitir cuánta sensibilidad, lucha, tragedia y aún esperanza abarca el Expresionismo.

A pesar de lo expuesto, reconozco que de este tema queda aún mucho más para tratar, por resultar tan amplio y diverso.
 

CITAS


1 SEMINARIO DE LAS ESTÉTICAS, Expresionismo, Montevideo: “Escuela      Nacional de Bellas Artes”, 1994, pág. 4
2  Ibídem, pág. 4
3  Ibídem, pág. 6
4  Ibídem, pág 14
5  DUBE, Wolf-Dieter, Los Expresionistas, Singapur: Destino, 1997, pág. 7
6  Ibídem, pág. 14

Imagen nº 1

Imagen nº 2

Imagen nº 3


  
BIBLIOGRAFÍA


DUBE, Wolf-Dieter, Los Expresionistas, Singapur: Destino, 1997

SEMINARIO DE LAS ESTÉTICAS, Expresionismo, Montevideo: “Escuela Nacional de Bellas Artes”, 1994




http://www.moma.org, 25/09/2012


miércoles, 8 de agosto de 2012

Imágenes creadas a partir de visión con lupa de elementos naturales:

Hoja



  Pluma



Piedra




jueves, 2 de agosto de 2012

(...)
Por la Estrellita del Norte,
cantando, navegando y navegué,
se guían los marineros y olé.

Yo me guío por tus ojos,
cantando, navegando y navegué,
que parecen dos luceros y olé.


                                  Antigua canción española